El 2005 fue un año muy diferente para nosotros en varios aspectos. Después de regresar de un emocionante y exitoso viaje de misión a Nicaragua, recibimos una llamada que padre teme recibir: nuestro hijo había sufrido un accidente en motocicleta y estaba en el hospital. Gracias al Señor, no fue tan terrible como inicialmente nos imaginamos, pero tenía sus muñecas quebradas, una pierna fracturada y el tendón ACL en condiciones muy delicadas. Para ayudarle a recuperarse durante este tiempo difícil condujimos casi 4.000 kilómetros, desde Chicago hasta San Diego.
Durante nuestra estadía en California (que se extendió a un par de meses), nuestro usual estilo de vida e innumerables actividades, quedaron muy limitados. Esto me permitió a mí, Martha, tener más tiempo para poder comunicarme por correo electrónico con nuestros amigos y con las personas que habíamos conocido en Nicaragua, y enviarles material para leer que les sirviera de inspiración.
Un par de ellos comenzaron a enviarnos presentaciones en diapositivas con interesantes mensajes sobre una variedad de temas, algunos sobre Dios, otros sobre política, humor, y en algunos casos, sencillamente temas triviales. Entonces pensé: “¡Caramba! ¿No sería fabuloso si pudiéramos crear presentaciones basadas en los maravillosos mensajes que tenemos para compartir? ¡Deberíamos hacerlo!”. Sólo teníamos un problema: yo nunca había trabajado con PowerPoint y no tenía idea por dónde empezar. Brian tenía algún conocimiento del programa y me enseñó cosas básicas, pero no logramos progresar mucho en ese entonces.
Una vez de vuelta en Chicago comenzaron, una tras de otra, las aflicciones. Sufrí de laberintitis y vértigo por varios meses. Poco tiempo después el doctor encontró un quiste en mi seno que debía ser removido. Otros problemas de salud comenzaron a sumarse. Definitivamente fue una época de pruebas pero los músculos de mi fe estaban siendo fortalecidos por medio de ellas.
Me sentí frustrada, desanimada e inútil, porque no podía llevar a cabo la mayor parte de mis actividades habituales. Entonces recordé la historia de Tommy, el muchacho minusválido que a pesar de sus limitaciones encontró una forma de compartir el Evangelio con otros. Había leído aquella historia muchas veces, pero en esa ocasión cobro vida para mí. Realmente pude identificarme con Tommy y con la forma en que Dios le mostró que podría ser útil, puesto que mi situación era, de alguna forma, similar.
Ese fue el comienzo del ministerio “cibernético” de Tommy’s Window. Desde entonces hemos producido presentaciones en PowerPoint y las hemos enviado semanalmente a la red de compañeros misioneros y amigos alrededor del mundo. Al cabo de cinco años el ministerio ha crecido y contamos con miles de suscriptores alrededor del mundo que reciben las presentaciones de Tommy’s Window cada semana. A su vez, muchas de estas queridas personas se las envían a sus amigos, lo que genera una reacción en cadena que ha ido alcanzando los confines de la tierra.
El contenido de las presentaciones es muy potente e incluye mensajes ilustrados que irradian la verdad y el amor de Dios sobre los lectores. No sabemos a ciencia cierta qué tan lejos llegan estos mensajes o cuál es su efecto completo, pero nos han escrito desde los lugares más lejanos de la tierra para contarnos. Sin embargo de algo estamos seguros: la palabra de Dios no volverá vacía y siempre cumplirá Su propósito. La Biblia nos dice: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié”. (Isaías 55:10-11)
En lo que respecta a nosotros, todo el trabajo y costo que involucra preparar y distribuir estos mensajes por correo electrónico o a través de nuestro portal, valen la pena, porque sabemos que contienen palabras de vida que van a infundir aliento a innumerables almas y guiarlas a Quién puede hacer una diferencia trascendental en sus vidas.
Tu también puedes ayudarnos a transmitir esta Palabra accediendo al vínculo “Entérate cómo formar parte de Tommy’s Window”. Asimismo puedes ayudarnos con donaciones a través del vínculo “Brinda tu apoyo a Tommy’s Window”.
¡Muchísimas gracias y que el Señor te bendiga por tu ayuda!
Martha