Dios, valiéndose de Su inmenso libro ilustrado que es la naturaleza, te está enseñando a esperar, a sembrar la semilla y a aguardar a que el grano madure lentamente bajo el cielo paciente. Él no te entrega de un momento a otro cosas perfectas y plenamente desarrolladas, sino que planta semillas de cosas que paulatinamente crecerán, madurarán y llevarán fruto. Nos da primero yemas, luego flores que se abren en toda su plenitud, y por último el fruto perfecto.
Adaptación de un texto de Hugh Macmillan (c. 1850)
[Spanish: The Perseverance Path]